jueves, 24 de julio de 2014

La energía eólica offshore, la tecnología de mayor crecimiento en Europa en el primer semestre


Desde hace algunos años se viene afirmando con mucha fuerza que el futuro de las energías renovables pasa indiscutiblemente por la energía eólica offshore. Y a tenor de los datos del últimoinforme de la Asociación Eólica Europea (EWEA) parece una afirmación de lo más acertada. Y es que, incluso con los problemas derivados de la crisis económica y los recortes que también afectan a las energías renovables, en los primeros seis meses de 2014 fue la tecnología que más creció en el Viejo Continente.

Los datos son elocuentes, tanto para lo positivo como para lo negativo. Entre enero y junio se conectaron 224 turbinas eólicas marinas en 16 parques, con una capacidad de 781 MW, y hay otras 310 que sólo están a la espera de ser conectadas a la red. Cuando estén operativas En total, serán más de 1.200 MW. No obstante, y a pesar de que estas cifras confirman a la eólica offshore como la tecnología energética que más ha crecido en Europa en lo que llevamos de año, el dato supone un descenso del 25 por ciento con respecto al primer semestre de 2013, cuando fueron más de 1.000 MW nuevos los que se instalaron. El total de turbinas instaladas en este periodo fue de 282, un diez por ciento menos que en los seis primeros meses del pasado año.

Alemania y Reino Unido, los dos países que más empujaron en favor de la eólica offshore en este periodo, empatan en el número de turbinas conectadas en este semestre, 126, pero los británicos conectaron a la red 147, con 532 MW, y los alemanes sólo 126, con 108 MW. Bélgica es el tercer país que ha contribuido al crecimiento europeo, con 67 turbinas conectadas y una potencia superior a la del Reino Unido, de 141 MW. Por empresas, Siemens encabeza con mucha diferencia las incorporaciones de lo que llevamos de 2014, con el 81 por ciento de la potencia nueva instalada, superando con mucho al 18 por ciento de MHI Vestas y el 1 por ciento de Samsung.

Los datos totales señalan que en Europa, a 1 de julio, hay 2.304 turbinas repartidas en 73 parques eólicos que se encuentran en once países diferentes y que aportan una capacidad total de 7.343 MW. Semejante potencia se considera suficiente para abastecer a unos siete millones de hogares o a todo un país de tamaño medio como Holanda. España, que sigue siendo una de las potencias mundiales en energía eólica, incluso en esta época de incertidumbre y recortes en el sector, sigue sin haber desarrollado todavía su presencia en la eólica offshore y no se encuentra entre esos once países que construyen el sector de la eólica offshore europea.

La EWEA explica en el informe que hubo "una actividad financiera considerable" en el sector en estos primeros seis meses del año, incluyendo la que atañe al parque eólico Gemini, en Holanda, la mayor transacción en la historia de Siemens Energy, alcanzando los 2.800 millones de euros, y que permitirá sumar 600 MW de potencia cuando esté finalizado. Y aunque la asociación considera que hay un "mercado activo", también teme que la situación de descenso se prolongue al menos dos años más, hasta 2016. "Para asegurar un crecimiento saludable en la última parte de la década y para que la eólica offshore juegue su papel en el logro de los objetivos europeos de renovables, clima, seguridad y competitividad, la industria necesita visibilidad a largo plazo", señala Justin Wilkes, directivo de la EWEA.

jueves, 3 de julio de 2014

Los parques eólicos marinos pueden reducir los efectos de un huracán


Todo el mundo tiene una idea clara de lo que es la energía eólica y para qué sirve, una imagen de los aerogeneradores que la producen y nociones sobre los múltiples beneficios energéticos y medioambientales que se derivan de su aplicación. Pero sigue habiendo usos de la energía eólica que son completamente desconocidos para la mayoría de las personas. Un grupo de investigadores de las universidades norteamericanas de Stanford y Delaware han mostrado en un estudio un uso más de la eólica, concretamente de la eólica marina: frenar los huracanes. Aplicado a la vida real, estos datos habrían podido salvar muchas vidas y reducir drásticamente los costes económicos que produjeron los huracanes más famosos de la historia reciente.

El profesor de Ingeniería Civil Mark Z. Jacobson ha dedicado los últimos 24 años de su vida a realizar simulacros de huracanes que provocaron grandes destrozos con el objetivo de conocer los efectos que estos fenómenos podrían provocar en parques eólicos marinos. Ese propósito se cumplió en este estudio, ya que se extrajo la conclusión de que estos parques offshore podrían aguantar huracanes de categorías 2 y 3 sin sufrir daños severos. Lo sorprendente, no obstante, fue que las simulaciones mostraron que las turbinas reducían las velocidades máximas del viento, disminuían la fuerza del oleaje y, por tanto, limitaban la intensidad del huracán y podrían haber evitado las dramáticas imágenes que se vivieron por su causa.

Jacobson y su equipo hicieron tres simulaciones con los datos reales de los huracanes Sandy e Isaac, que mostraron su mayor poder destructor sobre Nueva York en 2012, y el Katrina, que arrasó Nueva Orleans en 2005. Con este último, probablemente el más conocido de todos estos fenómenos por su trágico desenlace, se simuló la existencia de un parque eólico de 78.000 generadores frente a la costa de Nueva Orleans. Los resultados fueron asombrosos: la reducción del viento habría sido de entre 129 y 158 kilómetros por hora (el huracán llegó a alcanzar los 280) y la marejada ciclónica habría caído hasta un 79 por ciento. Con el Sandy, la reducción del viento habría sido de entre 35 y 39 metros por segundo y la marejada habría caído en un 34 por ciento.

Es verdad que hablando de una instalación de decenas de miles de aerogeneradores el coste sería muy alto, pero el estudio de Jacobson explica que hay más variables a analizar, empezando por el coste de vidas (el Katrina provocó más de 1.800 muertos, el Sandy 287 y el Isaac más de 40) y continuando por la amortización eléctrica de un parque de esa envergadura. El análisis, en todo caso, ofrece una alternativa a este gigantesco parque eólico, que sería la construcción de un gran rompeolas. No obstante, esta opción, que también tendría un elevado coste económico y ninguna productividad energética añadida, sólo serviría para frenar el oleaje, pero no para reducir la velocidad del viento de forma sustancial.

Cristina Archer, colaboradora de Jackobson en el estudio al igual que Willett Kempton, explicó que "los huracanas son un animal diferente", y por eso se lanzaron a analizar el efecto que tendría un campo de aerogeneradores sobre este fenómeno y las diferencias que pudiera haber con respecto a los vientos normales. "Hay una retroalimentación en el huracán que es realmente fascinante de examinar", sentenció. El estudio lo ha publicado la revista Nature Climate Change.