Si el crecimiento de la energía eólica alcanzara los
objetivos más ambiciosos, el sector podría crear hasta 100.000 puestos de
trabajo en Europa en los próximos seis años. Esa es una de las principales
conclusiones que se extraen del informe Wind Energy Scenarios for 2020
publicado hace unas semanas por la Asociación Europea de la Energía Eólica
(EWEA), realizado para actualizar las previsiones que este mismo organismo
realizó en 2009, y que tengan en cuenta, entre otros aspectos, la crisis económico
y "la inestabilidad regulatoria en algunos mercados clave europeos".
La EWEA elabora tres posibles escenarios y apuesta por el
central de los tres como el que más se acercará a la realidad dentro de seis años. De esta manera, se espera que la potencia instalada supere en 2020 en
un 64 por ciento a la que Europa tenía en 2013, alcanzando los 192,5 GW, más
los 23,5 de las instalaciones offshore, produciendo 441,7 TWh de energía y
cubriendo el 14,9 por ciento de las necesidades del continente. Para
alcanzar este escenario, la inversión tendría que oscilar entre los 90.000 y los 124.000
millones de euros (con Alemania, Francia, Reino Unido, Polonia e Italia como
mercados líderes) y de esa forma se alcanzarían los 354.000 empleados en el sector en 2020, por
los 253.000 que hay ahora.
El escenario más optimista habla de un aumento del 84,9 por
ciento de la potencia instalada, que ascendería en 2020 a 217 GW, a los que se
añadirían 28 GW procedentes de las instalaciones offshore, para sumar un total
de 500 TWh de electricidad que servirían para cubrir el 17 por ciento de la
demanda eléctrica europea. El más pesimista, en todo caso, sigue hablando de crecimiento, con un aumento del 41 por
ciento, con 165,6 GW de potencia eólica terrestre y 19,5 de marina, con 378,9
TWh de electricidad para cubrir el 12,8 por ciento de la demanda del
continente.
Con esta última previsión, la EWEA identifica claramente los
principales obstáculos que hay en este momento para la energía eólica en el
Viejo Continente. Así, habla de una vigencia de los efectos de la crisis económica,
de la presión sobre el gasto público en el sector, la inestabilidad regulatoria
y las dificultades para atraer inversiones para levantar nuevos proyectos eólicos,
especialmente offshore, además de la por ahora predominancia de "decisiones
débiles y poco ambiciosas" en política energética para el periodo
posterior a 2020.
Para que las mejores previsiones acaben siendo una realidad,
la estabilidad tendría que volver a los principales mercados para recuperar
tasas de crecimiento anteriores a 2012, la Unión Europea tendría que llegar a
un acuerdo para la reducción de un 40 por ciento en la emisión de gases de
efecto invernadero para 2030, y que mercados clave como España, país al que se
cita expresamente, "comenzaran a mostrar síntomas de crecimiento".
Según los datos del informe, España finalizó 2013 como el
segundo mercado europeo de energía eólica, con 22.954 instalaciones (sólo por
detrás de las 33.730 de Alemania), posición que mantendrá en 2020 en todos los casos. La previsión central de la EWEA ofrece un
crecimiento cero para la energía eólica marina, un sector que sigue paralizado
en nuestro país a pesar de tener zonas en las que se podrían construir parques
muy interesantes y rentables, y de poco más de tres mil nuevas instalaciones
terrestres. España mantendría la segunda posición europea con un total de
26.005 instalaciones, pero se acercarían mucho Reino Unido con 21.000 (por las
10.531 que tenía a finales de 2013) y Francia (21.000 en 2020 por las 8.254
actuales).