La energía eólica offshore no para de evolucionar. La
reducción de costes y la mejora en su eficiencia y construcción es protagonista
de muchos de los nuevos proyectos que se están dando a conocer en este campo.
Iberdrola
y
Siemens, dos de las empresas que más empuje tienen en la eólica marina, han
dado a conocer en las últimas semanas proyectos más que interesantes en este
sentido. Empezando por la primera, la filial de ingeniería y construcción de
Iberdrola se ha embarcado en una iniciativa de I+D junto a la universidad
escocesa de
Strathclyde y el centro de investigación
Offshore Renewable Energy (ORE)
con el fin de instalar parques eólicos de esta naturaleza en zonas del Reino
Unido donde ahora mismo no es posible por la profundidad de las aguas.
Iberdrola, el ORE (un centro de investigación emblemático en
el Reino Unido) y Strathclyde (universidad de referencia en ingeniería oceánica
y energías renovables marinas) cuentan con un presupuesto que supera el millón
de euros para diseñar un modelo de aerogenerador flotante de última generación
y un sistema de instalación específico. La idea es que este proyecto permita la
creación de instalaciones en aguas profundas, de entre 60 y 100 metros, con un
doble objetivo de máxima fiabilidad y reducción de costes de instalación. El enganche al fondo marino se realizaría a
través de unas líneas tensionadas. De esta forma, se elimina casi por completo
el movimiento de la plataforma, reduciendo al mínimo la posibilidad de
accidentes durante la construcción y la vida útil de la instalación.
La cuestión económica, no hay que olvidarlo, es uno de los
principales escollos para el desarrollo de la energía eólica marina, y también
aquí ofrece ventajas este proyecto. La fabricación de las instalaciones se
haría mayoritariamente en tierra, eso es lo que abarataría su construcción,
para después ser trasladadas a su ubicación definitiva. De esta forma, se
reduciría drásticamente el uso de los grandes barcos especializados cuya
contratación es necesaria para este tipo de operaciones alejadas de la costa.
Otro de los aspectos de este proyecto que permitirá la reducción de los costes
de la construcción está en las características del acero que se utilizará en
las plataformas, con unas dimensiones y un peso optimizados al máximo.
Por su parte, Siemens ha desarrollado un sistema que
pretende ser un punto y aparte en la construcción de turbinas eólicas marinas. Lo
que Siemens busca cambiar es el complicado sistema de construcción, para al
cual se usan herramientas de sujeción conectadas a una grúa que está instalada
en uno de esos grandes barcos. El proceso de montaje actual obliga a que sean
los técnicos los que ajusten los cables con sus manos y suban las turbinas para
montar las palas. Con este avance, todo este proceso se automatizaría gracias a
un nuevo mecanismo de elevación que permitiría subir turbinas de 75 metros de
largo y 25 toneladas de peso directamente desde la cubierta del barco, con las
máximas garantías de seguridad.
Esta tecnología reduce el peso y las dimensiones de la que
se utiliza ahora (hasta los 14 metros de longitud, ocho de alto y 78 toneladas
de peso) sin mermar la estabilidad, ya que puede aguantar situaciones de viento
de hasta 14 metros por segundo y ráfagas más puntuales de hasta 19 metros por
segundo. Además, este sistema supone también simplificar las tareas de
mantenimiento, ya que se pueden girar las palas de la turbina sin tener en
cuenta la posición en la que se hayan levantado desde la cubierta del barco y
reajustarlas para que su rendimiento sea óptimo, algo que con los sistemas actuales
no podía hacerse. La innovación de Siemens ya se está aplicando en la
instalación de 36 turbinas en el parque eólico de Werstemost, en la costa oeste
de Inglaterra.