Las asociaciones de energías renovables lo tienen claro: no
son en absoluto los causantes del famoso déficit de tarifa que arrastra el
sistema eléctrico español. ACLUXEGA, AEBIG, AGAEN, AIFOC, ANPIER, APUEE,
AVAESEN, Donostia Sustapena, Protermosolar, Solartys, UNEF, Unión por labiomasa, URWATT y APPA han firmado el pasado mes de octubre una declaración conjunta en la que, además
de negar este extremo, afirman con rotundidad que su labor ha permitido ahorrar
más de 4.000 millones de euros cada año en el precio de la electricidad. El
total entre 2005 y 2011, 28.500 millones que las renovables aseguran haber ahorrado en siete años. Una cifra que supera en 7.600
millones la cantidad global de primas recibidas por el sector y que, por tanto, anularía el argumento del coste de las renovables y las subvenciones que recibe.
Este colectivo de asociaciones aseguran que las grandes
compañías eléctricas europeas están presionando a las instituciones
comunitarias para que abandone su respaldo a las renovables y rebaje sus
objetivos. Dicen los firmantes que su único fin es "mantener sus
beneficios a costa de hundir el sector". Y para argumentar su posición
recuerdan informes de la Comisión Nacional de la Energía, que señalan que el 41
por ciento del déficit tarifario procede de lo que se conoce como déficit ex
ante, el que ya se conoce a comienzos de cada año pero que el Gobierno decide
no corregir con un aumento del precio que repercutiría en el consumidor y que
le acarrearía un coste político y social.
No son las eléctricas el único blanco del colectivo de las
energías, ya que también arremeten contra los llamados windfall profits que van
a favor de las empresas dedicadas a la energía nuclear o hidráulica. Ambas
reciben el precio de casación del pool, 21 euros por MWh, cuando su coste es
inferior. Las renovables, en cambio no gozan de ese privilegio a pesar de
reducen el precio del mercado en 20 euros el MWh de media y hasta de 22 euros
en el primer trimestre de 2013. Y al Gobierno, al que hace tiempo que vienen reclamando diálogo para que la reforma del sector eléctrico no sea una losa para las renovables, le califican precisamente por estos motivos de "ineficaz y falto de competencia y que genera costes innecesarios para el consumidor".
Los datos de Eurostat referidos al primer semestre del
presente año indican que el precio de la electricidad antes de impuestos se
redujo en nuestro país en un 0,8 por ciento en términos interanuales. Eso tiene
una explicación: las renovables generaron un 40 por ciento más que en los
primeros seis meses de 2012. Y de esa electricidad, el 50 por ciento tuvo un
origen eólico. Un informe de Jorge Morales para la Fundación Renovables, del pasado mes de
octubre, se basa en datos facilitados por el Gobierno de España para comparar el
coste del MWh producido por centrales de gas y el producido por centrales
solares y eólicas. El de eólica cuesta 68 euros, y el de gas llega a los 100.
Del año pasado es el informe que hizo Ernest & Young,
Análisis de la potencial creación de valor de las políticas de energía eólica,
y viene a confirmar estos datos. Su conclusión era igualmente clara: la eólica
genera más retornos en la economía de un país que su coste, al sumar valor
añadido a nivel local, nuevo empleo y la permanencia en el país de todas las
rentas que genera. En el caso concreto de España, el informe cifra la
aportación de la eólica el PIB en 56,3 euros por MWh generado y unos ingresos
fiscales de 33,4 céntimos de euro por cada euro invertido. Las renovables siguen
luchando para seguir siendo un campo en expansión, más barato y rentable que
otras fuentes de energía.
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