jueves, 24 de enero de 2013

Historia de la energía eólica


Introducción

Hay que retroceder hasta el año 3.000 a. C. para encontrar el primer uso generalizado del viento como fuente de energía. Fue en los primeros barcos veleros en el antiguo Egipto. Los primeros molinos de viento datan del siglo VII y se localizaron en Sistán, en la actual Afganistán y la antigua Persia. Aquellos molinos, de eje vertical y con seis u ocho velas de tela, se usaban para moler grano o para bombear agua. En Europa se construyeron en el siglo XII en Francia e Inglaterra.

Con la invención de la máquina de vapor durante la Revolución Industrial, los molinos perdieron sentido y el siguiente paso en la historia de la energía eólica llegó en los primeros años de ese siglo XIX. En 1802 Lord Kelvin tuvo la idea de acoplar un generador eléctrico a una máquina que aprovechara el viento. Fue el antecedente del aerogenerador, que no se pudo crear hasta que en 1850 se inventó la dinamo. El inventor Charles F. Brush creó en 1888 la primera turbina eólica para generar electricidad. Dos años después, Dinamarca inició un programa para investigar esta energía y apenas dos años después Poul la Cour puso en marcha la primera máquina diseñada específicamente para generar electricidad a partir de la energía eólica.

Interés real en los años 70

En la primera mitad del siglo XX hay muchos trabajos relevantes tanto en Europa como en Estados Unidos. Sin embargo, no hubo un interés real por la energía eólica hasta los años 70, cuando la primera crisis del petróleo obligó a investigar sobre nuevas formas de abastecimiento. A finales de esa década aparecieron los primeros aerogeneradores comerciales, que en 1980 llegaron a generar 55 kW. Fue en esos años 80 cuando la energía eólica comenzó a crecer de forma imparable, y en la última década del siglo XX cuando se produjeron los avances que hicieron de esta fuente energética una alternativa viable a las tradicionales.

En 2001 se creó en Dinamarca la Asociación Mundial de Energía Eólica (World Wind Energy Association), con sede en Bonn (Alemania) y concebida como una organización internacional para la promoción mundial de esta fuente de energía. Cuenta actualmente con unos 500 miembros en más de cien países. En la actualidad, generan energía eólica más de 80 países, la práctica totalidad de los desarrollados pero también, y cada vez más, países en desarrollo. Europa es la región con mayor número de aerogeneradores. Hay unos 200.000 distribuidos por el mundo que, según datos de finales de 2011, generan 238,351 MW de energía.

La energía eólica en España


El papel de España en la implantación de la energía eólica ha sido siempre pionero. En el siglo XI se tiene constancia de la aparición de los primeros molinos de viento en La Mancha y en las Islas Baleares. Para ver el origen del desarrollo de las energías renovables en España hay que situarse en la década de los 70 del siglo XX. El Ministerio de Industria y Energía, a través del Centro de Estudios para la Energía, puso en marcha en 1979 el primer programa de investigación destinado a la generación de electricidad a partir de la energía eólica. El resultado de ese programa fue el primer aerogenerador moderno, de 100 KW, se inauguró en 1982 en Tarifa (Cádiz), y estuvo funcionando durante ocho años.

Durante la década de los 80 la implantación de la energía eólica fue constante pero mínima, y no fue hasta el último decenio del siglo pasado cuando empezó a alcanzar valores significativos. El Plan Energético Nacional de 1991 fue el primero que incluyó un objetivo a alcanzar en este tipo de energía. Los 175 MW previstos en él se sobrepasaron a mediados de esa década. La Ley del Sector Eléctrico de 1997 dio prioridad por primera vez a las fuentes del Régimen Especial, entre las que se incluyó la eólica, por encina de las convencionales. En 2005 España llegó por primera vez a producir más electricidad desde los parques eólicos que desde las centrales hidroeléctricas.

España, tercer país del mundo en 2008

A 31 de diciembre de 2008, España tenía instalada una capacidad de energía eólica de 16.018 MW, el 16,7 por ciento de la capacidad del sistema eléctrico nacional, cubriendo durante ese año 2008 el 11 por ciento de la demanda eléctrica. Se situaba así en tercer lugar en el mundo en cuanto a potencia instalada por detrás de Alemania y Estados Unidos. En 2009 y por primera vez en la historia la energía eólica, con una aportación del 13 por ciento, superó a la del carbón, que cubrió el 12 por ciento.

En 2011 España fue el tercer país miembro de la OCDE que más potencia eólica nueva instaló (Alemania instaló 2.086 MW, el Reino Unido 1.293 y España 1.050). En marzo de 2011 la energía eólica superó por primera vez en nuestro país al resto de tecnologías, cubriendo el 21 por ciento de la demanda y marcando un récord mensual con una generación de 4.738 GWh. Según los datos de la AsociaciónMundial de la Energía Eólica (WWEA) de enero de 2012 el sector eólico español cubre anualmente las necesidades de 10 millones de hogares, exporta una media de 1.100 millones de euros, genera más de 30.000 puestos de trabajo y evita la emisión de unos 23 millones de toneladas de CO2. Este mismo organismo publicó en junio de 2012 que España es el cuarto generador de energía eólica a nivel mundial, solo por detrás de China (67.774 MW), Estados Unidos (49.802) y Alemania (30.016).

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