jueves, 27 de marzo de 2014

Barcelona acogió EWEA 2014, el mayor congreso europeo de energía eólica


Los pasados días 10 a 13 de marzo Barcelona acogió el congreso anual que organiza la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA), la mayor feria del Viejo Continente centrada en este sector energético renovable. Uno de los actos que tuvieron lograr en el marco del congreso fue la concesión a España del European Wind Energy Award (Premio Europeo de la Energía Eólica), por convertirse en el primer país del mundo en el que la energía eólica logró ser la primera fuente eléctrica en un año completo. "España se merece el premio por su historia de éxito. Fue un país pionero en eólica y ha desarrollado una destacada industria con líderes mundiales entre sus empresas. Estas compañías han hecho posible que la energía eólica haya sido la primera fuente de electricidad para los españoles en 2013", explicó la organización. El premio se entregó el día 12.

Fue una de las notas optimistas de un congreso en el que se trataron los nubarrones que acechan al sector pero sobre todo se dieron mensajes positivos. Así, se señalan tres grandes retos para el futuro próximo del sector: nuevos mercados que explorar, los avances tecnológicos y el fin de la incertidumbre política. Sobre este último asunto, del cónclave sale la Declaración 2030, un llamamiento a los líderes políticos europeos para que se comprometan a hacer de las renovables el motor de su política energética. "Es un momento crítico para la industria", dijo el director ejecutivo de la EWEA, Thomas Baker, que instó a los dirigentes europeos a elegir entre "un marco que permita al sector lograr crecimiento económico y seguridad energética o los intereses cortoplazistas de la industria de combustibles fósiles".

"Un objetivo ambicioso que comprometa a los estados miembros es la forma más eficiente de hacer realidad nuestra meta de que el cien por cien de la energía sea renovable a largo plazo, sin mencionar el impulso que supondría para un sector que da empleo a 250.000 personas en toda Europa", dijo el director de Enercon, Hans-Dieter Kettwig. La Declaración 2030 sale del EWEA 2014 con la firma de 1.513 empresas, incluyendo a muchos de los principales actores del sector de la energía eólica. Y aunque el horizonte se pone en el año 2030, lo cierto es que la actual incertidumbre apunta a una fecha mucho más cercana, el año 2020, para cuando la mayoría de los actuales marcos regulatorios habrán dejado de ser efectivos.

"Veremos una tecnología avanzada que esté libre de subvenciones", dijo la vicepresidenta de renovables de GF Power. Y eso también implica una mayor independencia con respecto a problemas de corte político como la situación de Crimea. "Es una llamada de alerta para todos nosotros. Nos demuestra la vulnerabilidad de la distribución de combustibles fósiles", explicó el presidente de la EWEA, Andrew Garrard, que recordó que cada ciudadano europeo paga dos euros al día por las importaciones de combustible. Estos datos forman parte del informe Evitar el coste de los combustibles fósiles con la energía eólica, que señala que Europa gastó 406 billones de euros en 2011 y 545 en 2012 en importar combustibles fósiles, cifra que triplica el rescate a Grecia de 2013, una dependencia que es necesario frenar cuanto antes.

La situación política de España, a pesar del reconocimiento al sector eólico, tampoco pasó desapercibida, y Dave Jones, responsable de renovables de Allianz Capital Partners, lamentó los recortes del Gobierno de Mariano Rajoy y advirtió que "se ha dañado la confianza de los inversores". Para Xabier Etxeberria, jefe de negocios de Gamesa, la industria ha de compartir conocimientos para avanzar porque "juntos podemos ganar". En cuanto a los nuevos mercados por explorar, hay tres países que estuvieron en boca de casi todos: Brasil, México y Sudáfrica. Pero también se destacó la posibilidad de seguir avanzando en la energía eólica marina. Anders Runevad, presidente de Vestas, aseguró que este mercado "está empezando a ver los resultados de la inversión", pero alertó de que es necesario reducir costes, al menos en un 40 por ciento. "Si no lo hacemos, no habrá industria de eólica marina más allá de 2020", sentenció.

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