La energía eólica en Europa ha dejado datos paradójicos en
2013. Por un lado, ha batido récords de generación y consumo eléctrico en unos
cuantos países, incluso en algunos de los que más preocupación generan en el
sector como España, pero por otro muestra evidentes signos que hablan de un
crecimiento frenado que siembra dudas en el futuro. Esas son las principales
conclusiones que se pueden sacar el informe de 2013 de la Asociación Europea de
Energía Eólica (EWEA). De la Europa de 28 miembros, Malta es ya el único país
en el que no hay ninguna instalación de energía eólica. En 2013 abandonó este
grupo Eslovenia, con sus primeras instalaciones de este tipo y una modesta
potencia total de 2 MW.
A lo largo de 2013 se instalaron 11.159 MW de potencia nueva
a lo largo del continente. Hubo notables crecimientos en este sentido con
respecto a 2012 en países como Croacia (48 en 2012 por 122 en 2013), Dinamarca
(220 por 657), Finlandia (89 por 162), Irlanda (121 por 288), Holanda (119 por
303) o Portugal (155 por 196). Por otro lado, también se registraron caídas muy
significativas, como las de Bulgaria (de 158 en 2012 a 7,1 en 2013), República
Checa (44 por 9), Estonia (86 por 11), Italia (1.239 por 444), Lituania (60 por
16) o España (1.110 por 175). Hungría es el único país europeo que no ha sumado
ningún MW nuevo en los dos últimos años, y en 2013 no crecieron tampoco Chipre,
Luxemburgo y Eslovaquia.
El informe alerta de un freno en el sector. La Unión Europea
sumó en 2013 11.159 MW de potencia total, un 8 por ciento menos que el año
anterior. Además, el 46 por ciento de las nuevas instalaciones están
concentradas en dos países, Alemania (que sumó 3.238 MW) y Reino Unido (1.883
MW). La EWEA compara esta concentración con la que se vivió en 2007, cuando
fueron tres países (Dinamarca, Alemania y España) los que crearon el 58 por
ciento de las nuevas instalaciones. Una de las peores noticias del pasado año
es que precisamente sea uno de esos tres países, España, el que más se haya
contraído en los últimos doce meses, nada menos que un 84 por ciento con
respecto a 2012. Incluso Italia, otro país que vive sacudido por la crisis
económica, ha decrecido menos, un 65 por ciento.
La paradoja está en que, incluso con esos datos, el final de
2013 ha traído importantes récords en energía eólica por todo el continente. En
Irlanda se achaca a la eólica que el precio medio mensual de la energía se haya
reducido en un 5 por ciento, puesto que ha llegado a contribuir con el 50 por
ciento de toda la electricidad del país, algo que cobra especial relevancia si
se tiene en cuenta que, al tener un territorio pequeño, no puede depender de
grandes líneas para el transporte de la electricidad. El 17 de diciembre se batió
el récord con 1.769 MW. En el Reino Unido el récord se batió cuatro días más
tarde, el 21 de diciembre, cuando el 17 por ciento de la electricidad
consumida, 132.812 MWh, procedieron de la eólica.
En Dinamarca, el 54,8 por ciento de la electricidad consumida
en diciembre fue de origen eólico, para cerrar el año en torno al 33 por
ciento. Incluso el 21 de diciembre el viento generó más del total de la energía
consumida, y el sobrante se exportó a los países vecinos. En España, el 21,1
por ciento de la electricidad consumida fue de origen eólico, superando a todas
las demás fuentes de energía. Y en Alemania el día a marcar fue el 6 de
diciembre, superando los 26.000 MW generados por la eólica. Incluso la energía
eólica marina ha batido récords, con 1.567 MW instalados, casi un tercio más de
la capacidad nueva de 2012, que fue de 1.166 MW. No obstante, a causa de la
falta de apoyo político en países clave como Reino Unido o Alemania, dos
tercios de la nueva capacidad se inauguró en los seis primeros meses de 2012,
lo que habla claramente del freno en el sector.
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